martes, 18 de octubre de 2011

Paramilitares, Narcotráfico y contrainsurgencia: Una experiencia para no repetir.

Es claro que existe un significado de agotamiento emocional, un cansancio de la violencia en Colombia, y este autor en su texto lo deja conocer claramente. “Una experiencia para no repetir” nos deja ver que no solo son los errores cometidos por el Estado, los distintos gobiernos, las diferentes organizaciones tanto gubernamentales como no gubernamentales, sino también los errores que como colombianos y pobladores de este país hemos realizado, una experiencia para no repetir es una frase muy dura que debemos interiorizar para actuar distinto en este presente, pero para eso debemos conocer medianamente nuestra historia desde distintos puntos de vista, y es desde este punto que Mauricio Romero desarrolla su texto.

La elección del ex presidente Uribe, se da precisamente por ese agotamiento de acciones “insuficientes” de llegar a puntos de conciliación con los grupos armados, es por esto que la seguridad democrática fue tan visible y exitosa para un país, sobre todo para las grandes ciudades porque en las provincias este era totalmente distinto.

Por lo menos un poco más de 20 años atrás, las guerrillas colombianas comenzaron a financiarse con el narcotráfico y ahí se comenzó a desvirtuar toda una imagen e ideología guerrillera.

Pero los paramilitares eran totalmente distintos, una fuerza contratada como mercenarios por la población civil y el Estado. El autor dice que esto a finales del 68, da como resultado una exclusión de nación. Porque la nación no es solo un componente ideológico, sino como conversar las formas de pensar y de ser, pero en Colombia siempre ha existido la bipolaridad “estás conmigo o contra mí”. Esto hiso que el Estado y sus fuerzas militares de desbordaran y tuvieran que convocar a las autodefensas para intentar controlar los distintos actos de insubordinación; este significado es muy fuerte porque no existe una legitimidad de Estado, no hay soberanía por parte de los gobiernos, existe mucha desigualdad y ante todo el Estado no es capaz de mantener el control sobre si mismo porque sus funcionarios son totalmente corruptos y centralistas.

No solo se convocó las autodefensas, sino que los narcotraficantes comenzaron a tomarse la violencia por sus propias manos, por el significado anteriormente dicho y surge el MAS, donde sus miembros son ex militares y algunos todavía en servicio. La privatización de la violencia como lo expresa el autor se dio al inicio de los 80 o tal vez antes y aun así surge antes de toda la era del neoliberalismo. Es sorprendente como podemos ver otro significado en que el ejército nacional no se siente como un protector y responsable de la nación, sino que es un medio para obtener mucho poder en contra del propio Estado y la población, apoyando el narcotráfico, a las autodefensas y saboteando los procesos de paz.

“la ausencia del Estado” como premisa de los grupos al margen de la ley, es un significado muy fuerte dentro del contexto nacional, por un lado una guerrilla queriendo entrar al ámbito político y público que acabe la desigualdad pero a la vez desarrollando delincuencia y violencia sin que el Estado no pueda hacer nada, por otro lado las autodefensas no solo asociadas al Estado sino entrenadas y financiadas por narcotraficantes, una población abandonada socialmente, unas fuerzas militares sin el monopolio de la fuerza, un país desbordado en todo sentido. No es simplemente una ausencia del Estado es una construcción de significados y lenguajes que se ha venido desarrollando en Colombia hace décadas para legitimar la violencia y poner en crisis la ineficacia del Estado de derecho.

Uno de los significados más fuertes de los últimos años ha sido la construcción de una democracia integral, pacifica, regulada, conciliadora y constructora de país, fue dada por la constitución del 91, aquí los colombianos creyeron que las dinámicas iban a cambiar, y tal vez este fue la desilusión más grande que se ha llevado un país entero, Todo empeoro, el narcotráfico aumento, las guerrillas se fortalecieron, los paramilitares gobernaban, los gobiernos no eran soberanos, la economía no era fuerte, los crímenes de Estado aumentaron, la violación de DDHH se naturalizo. Es así como Uribe sube al poder, por ese agotamiento emocional con el que el país venia, y hoy en día nos dimos cuenta que eso no mejoro sino que nos sedaron por 8 años.

Otro significado es que Colombia siempre ha sido un país políticamente centralista (en papel descentralizado pero económicamente) federalista, con grandes terratenientes que dominan la violencia, el poder y gran parte de la ilegalidad económica en pocas manos. La crisis estatal que tanto habla el autor no es más que interés personal puestos en problemáticas nacionales y no problemas nacionales puestos en soluciones estatales. El engaño, la mentira, la opresión del conflicto armada, de la violencia, del narcotráfico, de la ilegalidad del Estado, esta tan naturalizado en algunos colombianos que permiten la legitimidad de estos actos, es por esto que el comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, dice que debe de hacerse una revolución cultural en Colombia, de aquí se puede leer varios significados, uno que si podemos ser una nación colectiva, dos que una de las salidas de esto es emanciparnos y dejar la alienación a un lado, tres que los colombianos podemos generar transformaciones radicales y ante todo podemos hacer que el Estado no sea un ente por allá que nos regula y engaña, sino que somos sujetos de derecho que le exigimos al Estado y no le agradecemos.

Con ese significado de revolución cultural en Colombia nos da como resultado que tenemos experiencias para no repetir.

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